Seguramente sin buscarlo, y mucho menos imaginarlo, Guillermo del Toro y su 12º pelicula como director,
"La forma del Agua" llegan a la 90ª entrega de los premios Oscar como grandes candidatos a los principales premios. Son 13 las nominaciones, incluyendo mejor película, director y guión, que fueron precedidas por otros reconocimientos de la industria, como el de mejor film en el festival de Venecia y en el Sindicato de Productores y el Globo de Oro al mejor director de la Asociación de Prensa extranjera en Hollywood. Mucho y seguramente merecido, pero sorprendente para una película representativa del Cine fantástico.
Sus protagonistas son dos marginales, de hecho los personajes mas destacados de la peli son un poco asi. Ella es Elisa, muda y personal de limpieza de un Instituto Gubernamental y él, una versión aggiornada de
"El Monstruo de la laguna Negra", pelicula de 1954 que seguramente es referencia para la historia filmografica de del Toro.
Con ese combo lleno de fantasía, el director nos presenta una historia con mucha poesía visual (me robé esta definición de algo que leí por ahi), donde varios de los principales géneros se hacen presentes, suspenso, drama, policial y obviamente romance, todo eso bajo un paraguas omnipresente del cine fantástico.
"La Forma..." esta ambientada en los años 60, en tiempos de la Guerra Fría (EEUU y Rusia al comando) y esa referencia histórica de contexto de guerra, mas los piletones y el toque de suspenso y violencia, me trajo a referencia a la primer película de del Toro con producción Española (de los Hnos. Almodovar). Se trata de
"El Espinazo del Diablo", del 2001, donde la guerra de contexto es la Civil Española (aunque como en "La Forma..." es solo una referencia) y el agua es el espacio donde se desata la cuota parte de cine fantástico.
Y por si fuera poca la coherencia de este Director/autor, también se trata de personajes marginales, casi incomprendidos, en este caso en un imponente orfanato en el medio de la nada. Una historia donde se luce un notable Federico Luppi, figura de peso en el cine Español y Latino de esos años, con trama atrapante de intereses materiales y miserias ajenos a los chicos, y la presencia fantasmal con toques de realismo mágico tan propios de del Toro.
También podríamos haber hablado de "Hellboy" (2004) y sus referencias al mundo comic o de la multipremiada "El laberinto del Fauno" (2007), puntos altos de la filmografia de este director Mexicano que seguramente tiene mucho mas para dar (y fantasear) en el futuro.
2 comentarios:
Hay cosas intangibles, imanes poderosos que te atraen a ver determinadas películas, aunque no sepas nada sobre su argumento ni sus críticas. En el caso de “La forma del agua”, me bastó ver por casualidad una fracción del trailer, mientras pasaba distraídamente frente al televisor de mi casa. Fue más que suficiente. Por varios segundos, mi mente volvió a principios de los años 70s, cuando vi por primera vez “El monstruo de la laguna negra”... el homenaje al clásico que me tuvo noches sin dormir en la escuela primaria, era evidente. Y esa estética de escenarios pesados, húmedos, oscuros, y criaturas saliendo de estanques, me transportó también a “Estados alterados”, ese peliculón retorcido de scifi de los 80s. En fin, unos instantes frente a un fragmento de trailer dispararon en mí demasiadas cosas fuertes. Y como frutilla del postre, me entero que Del Toro es el director. No se hable más. Es como si aparece un film nuevo de Ridley Scott, Christopher Nolan, Spielberg o tantos otros genios de mente inquieta y atormentada: hay que ir a verlo. Son gente que toca resortes ocultos del alma de las personas. Alguna vez tropiezan con algún resultado no tan bueno. Yo los perdono. Se lo merecen. Escribo esto desde Sao Paulo, Brasil, lejos de mi casa, donde vine a entrenarme en simulador de vuelo. No veo la hora de volver a Buenos Aires, y salir corriendo a ver “La forma del agua”. Que tengan buen día.
Gracias Pepe por el lúcido comentario, abrazo grande, no te la pierdas y tampoco "Treas anuncios por un crimen", mi prefereida en estos Oscars.
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