El trío
Duprat, Cohn, Duprat (Gastón Duprat, Mariano Cohn, Andrés Duprat) es bien
prolífico, tanto en calidad como en cantidad, es que “Mi Obra Maestra”, su
quinta película, no solo entretiene, sino que mantiene el muy buen estándar de
calidad al que nos tienen acostumbrados.
Viniendo de
su mayor éxito de taquilla con “El Ciudadano Ilustre” (2016), aquí mantuvieron
la vara alta y quizás hasta aspirando a más, con la dupla Brandoni Francella y
una química de alto vuelo, mas esa visión crítica en tono de comedia que se ha
vuelto parte de su ADN.
Con un
pequeño cambio de roles, ya que históricamente codirigían Gastón y Mariano, esta
vez Mariano se sentó en el sillón de productor y dejó a Gastón en la dirección.
El guion, con sus múltiples vueltas de tuerca, al igual que en “El Hombre de al
lado” (2009), uno de sus trabajos más logrados, siempre a cargo de Andrés,
conocedor como pocos de la temática en cuestión, la pintura y el entorno que la
rodea, ya que se trata del actual Director del Museo Nacional de Bellas Artes.
El arte y su
mundo creativo parecen ser un espacio de confort para el trío, mas precisamente
la actitud del público frente al producto artístico. Ciertos códigos burgueses,
sus estéticas y modas, mas la “sobrevaloración” del producto final, todo bajo
un tono comedioso que en cada una de sus pelis fue ganando en intensidad
narrativa.
Un pintor
intratable y el, amigo, galerista que lo representa, la vanidad, la codicia, los
valores y sus convicciones, el arte como negocio y hasta la muerte, son parte
vital de un film que, te hace pasar un buen rato. Es que cuando se trata de caminos espinosos e incomodos, el trío Duprat
Cohn Duprat sabe como manejarse sin necesidad de tocar el freno.