Hablamos
de “El Vicepresidente” y de Dick Cheney,
que Christian Bale en otra notable interpretación, nos presenta a este oscuro
político capaz de manejar los destinos del mundo en un lugar reservado para los
que habitualmente no toman decisiones.
Lo
interesante es que el Cheney del mandato de George W. Bush es un animal
político, como si hubiera nacido para eso, pero McKay, casi disfrutándolo, nos
muestra que en sus comienzos se trataba de un borrachín peleador. Así, sin
rumbo fijo, naufragó hasta casi perder su joven matrimonio y ante la amenaza de
su mujer, se acomodó en un programa de becas de la casa blanca que bastante
rédito le dio.
Amy Adams,
como la señora Cheney y Steve Carell, como Ronald Rumsfeld, su mentor,
sostienen con gran nivel una historia que atrapa, donde el poder es todo. Es
para destacar la mirada crítica, brutal y casi despectiva de McKay, quien la
dirigió y también la escribió, sino el hecho que lo hizo sin lograr entrevistar
al personaje en cuestión.
En síntesis,
es una película hecha por demócratas, sobre un Republicano bastante repudiable,
pero es honesta y está muy bien contada.
“Quiero
agradecer al diablo por inspirarme al interpretar este papel”, dijo Christian
Bale al recibir el Globo de Oro a mejor interpretación. Al menos va quedando
claro que el espíritu crítico no era solo del director.
Son varios
los presidentes que han tenido su momento de gloria en el cine. “Lincoln”
(2012) de Steven Spielberg, “JFK” (1991) y “Nixon” (1995) de Oliver Stone,
“Invictus” (2009) de Clint Eastwood sobre Nelson Mandela, hoy le tocó el turno
a un Vice, y no salió bien parado, esperemos que si hay un próximo con peli
propia tenga mejor suerte.
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